Cada pensamiento hacia el otro genera consecuencias

En esta ocasión abordaremos nuevamente el tema del funcionamiento de algunas de las leyes universales que ya conoces. Las aplicas todos los días en cada uno de tus pensamientos, por lo que debes ser sumamente cuidadoso al formularlos y expresarlos. Ahora te diré qué pasa cuando echas a andar estas leyes sin control.

Cada pensamiento que tienes hacia otro ser genera consecuencias en ti y en él, independientemente de que sea bueno o malo. Está dinámica no es tan simple como confiar en que si solo albergas pensamientos buenos hacia los demás, entonces no haces mal a nadie.

Vamos a hablar precisamente de las consecuencias generadas por tus pensamientos. Al terminar de enumerarlas, te aseguro que vas a salir corriendo a decirme: «¡Rosanna, ayúdame a desbloquear mi mente! Necesito detenerla, porque ya no quiero entrar de nuevo en tantos procesos desfavorables».

Tus pensamientos hablan directamente al átomo

Cada pensamiento, sea bueno o malo, es una observación en el campo cuántico. Como sabes, en dicho campo hay átomos, y cada uno de ellos está esperando que le des una orden. Esa orden se manifiesta a través de la observación. Observas algo y entonces este campo cuántico lleno de electrones se pone en movimiento.

Y así, cuando piensas algo con respecto a otro, el átomo de inmediato empieza a formar uniones y a atraer lo que estás observando. Sin embargo, al ser en este caso una observación tuya hacia alguien más, el átomo dice: «Ok, va para ti y va para el otro». No sabe si de verdad quieres eso que has pensado.

De esta manera, todos los pensamientos que tienes dirigidos hacia otra persona van hacia ella y regresan a ti. Analiza tu experiencia y comprobarás que cuando has sentido celos o envidia y le has deseado algo a otro, ha ocurrido en tu propia vida exactamente lo mismo que has deseado.

Así pues, la primera consecuencia de cada pensamiento que diriges hacia otros es que el átomo te lo devuelve multiplicado. Se los da a los dos, porque esa es la abundancia del Universo. No distingue y lo entrega en las dos puertas. Podrías decir: «Bueno, eso no está tan mal», pero ahora pon atención al siguiente punto.

Tus pensamientos hacia otros activan la Ley de Retribución

Siempre hay un punto en que empiezas a manifestar lo mismo que has pensado o deseado hacia el otro, y al llegar ese momento puedes estar seguro de que ese otro también lo manifiesta. Allí se activa la Ley de Retribución, que no es más que el karma generado con tus pensamientos al invadir el libre albedrío del otro.

Recuerda que cada vez que tienes un pensamiento destructivo hacia el otro, éste vuelve a ti como un bólido electrónico y te destruye. Por efecto de esta Ley de Retribución, todo el dolor y daño que le has ocasionado al otro por tus pensamientos va a venir a buscarte.

Por esto es importante no pensar en algo por otra persona, independientemente de que le desees un bien. Ni siquiera eso, porque nunca sabes si un pensamiento que para ti sería de bendición lo sea en realidad para el otro. Por ejemplo, imagina que una buena madre desea que su hijo sea exitoso en una carrera específica.

Y con ese pensamiento está creando por él. Hay muchos padres que han creado carreras para sus hijos desde que éstos son muy pequeños. Al hacerlo han provocado un daño inconmensurable en sus vidas, porque quien hace algo que no le apasiona ve truncada su existencia y genera bloqueos en sus relaciones, finanzas y salud.

Si no vives apasionadamente te impones grandes límites. Las enfermedades más graves surgen en ti cuando no puedes manifestar tu verdadero ser.

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La energía de retribución activa la Ley del Equilibrio

Una vez generada esta energía de retribución, puedes estar seguro que volverá a ti. Este proceso activa otra ley universal, que es la del equilibrio. Esta ley estipula que toda energía siempre busca el punto de equilibrio. No existe algo que permanezca por mucho tiempo desequilibrado en todo el Universo.

Por lo tanto, si tus pensamientos han modificado el equilibrio que existía, la energía buscará restablecerlo. Esto puede representar un grave problema para ti, ya que esa búsqueda provoca que la energía se mueva y te haga experimentar una serie de situaciones no siempre favorables.

Asimismo, recuerda que estamos unidos en una gran Totalidad. Dentro de ella, el átomo ha escuchado tus pensamientos y te ha hecho caso de inmediato. Por su parte, la energía en búsqueda del punto de equilibrio empieza a fluctuar. La has movido con un pensamiento y regresará a ti con la misma intensidad con la que la enviaste.

El desequilibrio que has generado activa la Ley del Ritmo

Todas estas leyes se cumplen en cada uno de tus pensamientos. De esta forma, si invades el libre albedrío del otro, irremediablemente se manifestará en ti la Ley de Retribución. Esto generará un desequilibrio, por lo que la energía intentará volver a equilibrarse, y su movimiento activará la Ley del Ritmo.

Entonces empezarás a recibir las manifestaciones de este movimiento de energía, que no cesará hasta que encuentre su punto de equilibrio. Y aunque no lo creas, aquí es cuando nos encontramos con la perfección. Ahora recapitulo este proceso: Todo inicia cuando generas un pensamiento hacia otro que invade su libre albedrío.

Y no importa si es bueno o malo; siempre lo invade. En ese momento se activa la Ley de Retribución, que no es sino la Ley del Karma. Lo que has pensado acerca del otro te pone en deuda con él. Regresará a ti exactamente lo mismo que has generado. Ese karma provoca desequilibrio, lo que activa el movimiento de la energía.

El punto de máxima entropía

Ese movimiento energético no se detiene hasta que alcanza el punto de equilibrio, y con él la perfección. En esta parte del proceso aparecerá un fenómeno propiciado por la acción de la Ley del Ritmo, llamado el punto de máxima entropía. Llegamos a él cuando el movimiento pendular de la energía alcanza un equilibrio.

Sin embargo, y aunque suene paradójico, en este punto de equilibrio el desorden se encuentra en su máxima expresión. ¿Por qué? Porque hay un choque entre la energía que viene y la que vuelve después de que has puesto todas estas situaciones en movimiento. En este punto se te presentan los mayores desastres.

Es aquí cuando empiezan a manifestarse eventos indeseables en tu vida, surgidos a partir de un pensamiento. A nivel universal esto es perfección, pero a nivel humano puede ser muy adverso. Un proceso creativo favorable depende del cuidado que tengas en relación a tus pensamientos, la energía y el respeto al libre albedrío.

No desequilibres la energía

Esta precaución no se trata solamente de evitar los malos deseos. Las leyes universales se aplican a todo tipo de pensamiento y en todo momento. Así pues, es fácil ver que los pensamientos sostenidos en frecuencias bajas te generarán hasta enfermedades.

Esas son consecuencias desastrosas en lo humano, pero son perfección para la verdad universal. Suceden cuando la energía que has movido ha encontrado el punto de equilibrio, que puede ser para ti una dolencia física. No olvides que tus pensamientos, por muy buenos que sean, crean realidades en los otros.

Vamos a poner un ejemplo de lo anterior. Si ves a un familiar o amigo muy contento con su pareja, piensas: «Qué lindo; son uno para el otro. Vas a ver que se van a casar». Es un pensamiento bueno. La chica y el chico se casan; todos felices. Sin embargo, no conoces las consecuencias de ese deseo que has tenido.

No sabes lo que ha podido generarse a partir de ese matrimonio que has ayudado a crear. No conoces todos los dolores y traumas que hayan surgido de esa relación. Has invadido el libre albedrío del otro con un buen pensamiento y has puesto a trabajar a una energía que no conoce de pasados y futuros.

Un choque inevitable

Empiezas a manifestar cosas en tu vida de acuerdo a los pensamientos que has creado. Se empieza a generar la energía de retribución. Has movido el punto de equilibrio y no tardará en darse el choque en el punto de máxima entropía. Manifestarás condiciones desastrosas a partir de un buen deseo.

Puedes provocar mucho dolor siendo un angelito que va tirando flechitas a la gente. Ahora bien, no todos los procesos creativos son dolorosos y no todo es sufrimiento. Simplemente pudiste haber contribuido a que un ser no esté en el lugar donde tenía que estar, y a obstaculizar el plan de vida que venía a cumplir.

Por así decirlo, has contribuido a burlar el plan de vida de ese ser. Tus pensamientos hacia otros no provocan necesariamente tragedias. Incluso pueden agradecerte tu labor de Cupido y decirte: «Gracias a ti nos hemos casado». Y sin embargo, esos dos seres no tenían que haber estado juntos nunca. No era parte de su plan de vida.

Si por envidia, celos, odio o venganza tienes pensamientos negativos hacia otros, te ocurrirá exactamente eso. El choque de energías te hará manifestar infinidad de bloqueos.

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Tu resistencia activa la Ley de Causa y Efecto

En el punto de máxima entropía la energía que va en una dirección choca y se une con a la energía que viene en otra. Para el Universo este es el punto de perfección, pero para ti es el punto de total imperfección. Si te resistes, crearás una nueva onda expansiva. Si caes en desesperación, entrarás en nuevos desequilibrios.

Alteras una vez más el equilibrio que ya se había alcanzado, y con ello la perfección generada por el Universo. Con frecuencias vibracionales bajas y muchas emociones negativas detonadas empiezas a crear una nueva onda expansiva… y te aseguro que no te será del todo benéfica.

Una vez alcanzado el punto de equilibrio, debes quedarte inmóvil a nivel frecuencial. Si la energía encontró el equilibrio, debes tener una total aceptación ante la creación que se te ha manifestado y que es producto de tus pensamientos. Todas tus situaciones han sido generadas de esa forma.

La aceptación te libera

La gran mayoría de las personas entra en desesperación al llegar al punto de máximo desorden, en el que la energía reencuentra el equilibrio. Con ello generan nuevamente todo aquello que debería haberse acabado al recobrarse el equilibrio. La buena noticia es que existe una manera de salir de todo esto.

Para poder ascender y sostenerte en altas vibraciones sin variarlas, necesitas tener una aceptación incondicional a todas las cosas que vienen a tu vida. Esa es una de las acciones más difíciles a aprender. No quieras cambiar tus circunstancias mediante soluciones racionales. Puedes transformarlas a condición de que las aceptes.

Acepta sin reservas todo lo que ha venido a tu vida. Lo has creado tú. No te resistas, porque la resistencia crea una nueva onda expansiva en tu vida y vuelves a entrar en la rueda de causa y efecto. Recuerda que justo en el punto en el que la energía encuentra el equilibrio ocurre una verdadera colisión.

Encontronazo energético

En el punto de máxima entropía te encuentras con una onda expansiva y manifiestas condiciones que pueden ser muy adversas. Puedes darte cuenta con claridad que has entrado en el punto de choque en el que la energía se equilibra cuando manifiestas en tu vida aquello que creaste y que se presenta ahora.

Por lo tanto, encuentra nuevamente el punto de equilibrio. Si ves mucha imperfección en tu vida, has llegado allí. Recuerda que para el Universo, el que la energía encuentre el equilibrio es suma perfección. En ese momento, si eres sabio, aplica la no resistencia y la aceptación incondicional hacia todo lo que ha llegado a ti.

Si no lo haces, empezará todo el proceso de nuevo. Al ver la imperfección debes mantenerte neutral, sin emociones que te alteren y modifiquen el equilibrio al que ha llegado el Universo. De esta manera evitas otro giro de la rueda de causa y efecto y la aparición de más imperfección.

Para salir de la Ley del Karma, encuentra tu punto de equilibrio

Al haber puesto a trabajar la rueda del karma, debes procurar sostenerte en una actitud de desapego y aceptación incondicional hacia lo que has creado. Mantente en un punto neutral para que puedas salir de la rueda de causa y efecto. No olvides que cuando estás manifestando un verdadero desastre, has llegado al punto de equilibrio.

Y es ahí cuando debes sostenerte con herramientas para no disparar alguna emoción, acción o reacción que te vuelva a introducir en la rueda de causa y efecto. Al estar en el punto de máximo desorden tienes descargas de emociones descontroladas que te hacen vivir como si estuvieras dentro de una montaña rusa.

Si deseas ascender, esta es la única salida. Encontrarás muchas imperfecciones, pero no olvides que eso es perfección para el Universo. Cada vez que te quejes de algo que no te gusta, considera que has llegado al punto de equilibrio. Abandona toda resistencia y empieza a trabajar en tu mente para controlar la situación.

Mantente en un estado ascendido, el cual es un estado de neutralidad en donde no accionas, no reaccionas y controlas tu mente a través de la corrección de las causas que te han llevado a generar este desastre. Aquí reside el verdadero valor de las herramientas. Te convierten en el dueño de tu vida.

Vivimos tiempos de grandes transformaciones

Al tener el control, conservas la calma

Al salir de los miedos que te hacen accionar o reaccionar, entras en un estado ascendido y detienes de golpe la rueda de causa y efecto. Al traspasar los miedos, permites a la energía que ya encontró el punto de máxima entropía permanecer equilibrada.

Lo más conveniente para ti es dejar intacta la energía ya equilibrada. Puedes transformar tu realidad ahora mismo sin necesidad de tocar esa energía que entró en equilibrio. En cambio, si la modificas con acciones, pensamientos o emociones vuelves a darle impulso a la rueda de causa y efecto.

Con tu propio poder eres capaz de crear una situación igual a la que has disparado. Supongamos que te encuentras con una manifestación de imperfección que te provoca mucho dolor. Lo primero es no reaccionar y no resistirte. Lo segundo es mantener la neutralidad. Eres todopoderoso. Puedes crear algo nuevo.

Si te acostumbras a vivir de esa forma, puedes salir de la rueda de causa y efecto y entrar en un estado ascendido. Recuerda que un ser que acepta incondicionalmente lo que le ocurre, controla su mente y no está dirigido por sus miedos vibra en la frecuencia del amor, y en la frecuencia del amor no existe causa y efecto.

La salida es el respeto al libre albedrío

La verdadera y única salida a las leyes de retribución, equilibrio, ritmo y causa y efecto es mantener el máximo respeto al libre albedrío de cada ser. Lo primero que debes tomar en cuenta para lograrlo es cuidar al extremo todos tus pensamientos. En este sentido se hace invaluable la ayuda de las herramientas cuánticas.

Estas no permiten que los pensamientos fluyan sin control. Una simple conversación cotidiana te lleva a generar pensamientos dirigidos hacia otros, y con ellos empiezas a mover las energías y a activar las leyes. En cambio, lo que debes hacer es permitir que cada persona sea como desea ser.

No las invadas con palabras bonitas o feas, porque no sabes si esas palabras traerán consecuencias que provoquen desequilibrio. No pienses ni bien ni mal de las personas. Acéptalas tal cual son, y ten siempre en cuenta que hacen lo que pueden y no lo que quieren, al estar todavía dominadas por sus miedos.

No generes pensamientos que puedan crear por otros

Muchas de tus decisiones están basadas en tus miedos. No es lo mismo hacer lo que uno quiere a que lo que uno puede. Por eso es vital dominar la mente con herramientas y así evitar la creación de realidades en otros o en ti mismo. Evita pensar en el otro, y sobre todo, hablar de otros.

En este mismo momento, millones y millones de pensamientos están siendo dirigidos por unos hacia otros. Si cortas esa dinámica, puedes permanecer en tu centro y vivir fluyendo y disfrutando, sin ocasionar desequilibrios en tu vida. Cada vez que broten en ti pensamientos hacia otro, detenlos y no invaras su libre albedrío.

No generes pensamiento alguno que pueda crear para otro. Controla tu mente y solo crea para ti. Esto resulta fundamental si deseas salir de la condición puramente humana. Puedo decirte que uno de los secretos mejor guardados de esa ascensión es el poder del auto control y del mantener tus pensamientos equilibrados.

Eres un Dios vivo y puedes lograrlo todo

Lo más importante es que mantengas ese equilibrio cuando te encuentres en el punto de máxima entropía, que es el punto de máximo desorden. Ese es el secreto más grande que debes conocer. Cuando estás manifestando imperfección es cuando más equilibrado debes estar, para no volver a generar una onda expansiva en tu vida.

Este punto posee una energía perfecta. Consérvate en él conservando tu equilibrio. No hagas nada más; eres un Dios vivo, y por lo tanto no importa lo que ocurra. Puedes decir: «Esto ya está en equilibrio. Estamos en paz. Ahora puedo crear y recrear un proceso favorable las veces que quiera».

Con el mismo poder que has creado esa situación de desequilibrio puedes crear y recrear todas las circunstancias de tu vida. Con esto puedes recuperar mucho más de lo que perdiste como consecuencia de algo tan simple como invadir el libre albedrío del otro con un pensamiento.

No olvides que puedes lograrlo todo. Si te ocurre un suceso desastroso, no pasa nada. Puedes empezar a crear algo mucho más hermoso.

 


Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: Los Celos: El portal al infierno mismo

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