El placer de una vida compartida

Hoy vamos a desenredar un poco el entramado de este juego de la ilusión de la inconsciencia al que has venido a participar en este plano físico. Tal vez te has hecho la pregunta: «¿Qué vine a hacer aquí?». Tal vez sientes que no perteneces del todo a este lugar, ni comprendes gran cosa de lo que está pasando.

Podrías decirte: «¿Para qué he venido aquí a sufrir?». Ciertamente, si un juego conlleva tanto dolor y padecimientos, ¿para qué jugarlo? Parecería que has entrado a una carrera de resistencia que termina siendo muy dura. Un juego, sí, pero lleno de obstáculos que se te presentan a cada momento.

El camino a recorrer lo has establecido tú

Lo primero que debes saber es que todos esos obstáculos te los has impuesto tú mismo antes de venir aquí a jugar. El problema es que en vez de sortearlos y ganar la carrera, que es a lo que has venido, empiezas a dar tumbos. Olvidas que el objetivo del juego es alcanzar la vibración del amor a pesar de todos esos obstáculos.

Cuando alcanzas la más alta vibración ganas el juego. Sin embargo, lo que le ocurre a la mayoría de las personas es que mueren antes de lograr el éxito. Por ello, en estas páginas intentaré desentramar un poquito este intrincado tapiz de la ilusión de la inconsciencia. En realidad, lo he venido haciendo ya desde hace bastante tiempo.

En alguna ocasión expuse que la vida es un juego y que debes aprender a jugar. Ahora le daré otra vuelta de tuerca al tema. Al leer el título de este artículo probablemente te preguntarás: ¿Por qué hablas del placer de una vida compartida, si siempre insistes en el deber de centrarnos en nosotros mismos?

¿Cómo está eso del placer de una vida compartida, si todo el tiempo mencionas la necesidad de ocuparnos primero de nosotros mismos? ¿Si has establecido que si cambio yo, cambia todo, y que si logro cambiar, logro ascender a la más alta vibración? ¿Y finalmente, que si logro ascender logro el objetivo del juego?

Tu crecimiento es individual

Al llegar a esta ilusión de la inconsciencia, juegas tu propio juego. Como parte de él, construyes tu propio mundo, poblado solamente por los seres que coexisten contigo. A medida que vives, tu mundo se abre, pero sigues viviendo en tu mundo y nunca en el mundo. Tu crecimiento es pura y exclusivamente individual.

Nadie puede crecer por otro. Tú puedes apoyar a otros, pero el crecimiento del otro depende exclusivamente de él o ella. Has venido a este mundo en forma individual a participar de un juego individual, en el cual deberás superar todos los obstáculos que te has impuesto de antemano, porque ¿conoces algún juego que no los tenga?

Si no hay algo que sortear no existe juego alguno. Y así tú, que eres amor, llegas a este plano físico sin alterar tu esencia, pero imponiéndote toda una serie de obstáculos. En tu pequeño mundo individual, debes lograr tu propio crecimiento, sin importar que los seres que están a tu alrededor te faciliten o te impidan crecer.

Enfócate en tu crecimiento y no en los obstáculos

Todo lo anterior eso es parte del juego. Es más, muchos de los que están dentro de tu juego han venido a obstruirlo. Depende de ti el que se los permitas o no, y depende de ti sortearlos a tu favor. Lo debes hacer desde el amor, el perdón y la total entrega hacia tu propio crecimiento individual.

Yo me di cuenta de eso hace ya muchos años. Allí empezó este camino, y no he vivido un solo día sin permanecer enfocada en mi crecimiento individual. Desde pequeña, cuando decidí que la Iglesia no iba conmigo, me fijé como meta ese mismo crecimiento, sin saber que mi mayor logro sería alcanzar el amor inconmensurable.

Entonces, una vez que logras enfocarte en dicho crecimiento, sin importar todo lo que surja en tu mundo y sin importar quienes han venido a obstruir tu camino, intenta alcanzar tu gran meta: Conectarte con el más grande amor. El primer paso es saber que tienes un mundo individualizado y que tu crecimiento es individual.

Tu Presencia Yo Soy se presentará ante ti

Recuerda que tu Presencia Yo Soy eres tú mismo, ya que eres un único ser dividido en dos. Tus dos partes juegan juntas, y justamente allí radica el placer de una vida compartida. En ese instante empiezas a vislumbrar tu unidad y a compartirlo todo con ella en forma consciente.

La gran mayoría de las personas no saben que este juego de la ilusión de la inconsciencia es compartido entre tu Presencia Yo Soy y tú. Saber eso es el gran placer de la vida compartida. Te permite empezar a jugar conscientemente y sortear todos los obstáculos en unidad.

Cuando, a raíz de tu propio crecimiento individual logras conectarte con esta Presencia Yo Soy, que es la otra parte de ti mismo y que es tu llama gemela, logras el encuentro del más grande amor. Es en esto en lo que debes enfocarte y ésta debe ser tu más grande meta.

Conseguir la unidad con tu Presencia Yo Soy, o lo que es lo mismo, con tu llama gemela, significa empezar a ver el final del juego. Si no lo logras, seguirás dando vueltas como un trompo a lo largo de tu vida, y al final de ella deberás irte como la mayoría de la gente, sin alcanzar el principal objetivo de este juego.

Debes superar los obstáculos una y otra vez hasta llegar a convertirte en ese gran amor que eres, lograr el encuentro con la Totalidad y alcanzar el final del juego.

Permite que tu Presencia Yo Soy dirija el juego

Debes lograr tu crecimiento a través del amor y el perdón, y una vez que te conectas con tu llama gemela, quien dirigirá tu juego, permitirás ese gran y tan esperado encuentro con el que sueña la mayoría de las personas. Siempre que hablaba con otros sobre esto, sobre todo con chicas, podía percibir que ese era su mayor anhelo.

Yo nunca pensaba en eso. No se me ocurría; estaba concentrada en mí. Mi obsesión era lograr la libertad y el dominio de todas las cosas. Nunca pensé en ese encuentro, y sin embargo, el no pensarlo ha sido mi gran victoria, porque no estaba apegada a algo fuera de mí.

Ese desapego evitó que me ocurriera lo que a muchas personas, cuando al buscar su llama gemela fuera de ellas mismas, nunca la encuentran. Se les olvida que está dentro, y por ello siguen ubicando afuera el amor, la felicidad y la alegría. Ahora me doy cuenta que yo jamás he buscado ese encuentro.

No era mi meta y no estaba en mis pensamientos. No tenía esa visión romántica que tienen muchos, en la que las llamas gemelas corren una hacia los brazos de la otra. Yo quería conectarme con mi Presencia Yo Soy, y toda mi vida ha estado dedicada a ello. Lo único que me sostenía era ese empoderamiento que había logrado.

La gratitud te eleva a la energía del amor

 

El desapego me ayudó a lograr mi objetivo: el gran encuentro en el cual permites que tu Presencia Yo Soy, tu llama gemela, dirija tu juego.

Alcanza el amor desde tu empoderamiento.

Nunca vuelques tus expectativas de crecimiento en los otros. Tu Presencia Yo Soy no es un ser externo a ti. Eres tú mismo. Deja de tener esas ideas románticas de buscar fuera tu llama gemela, o de que una pareja te hará feliz. Eso lo conseguirás a través de tu propio crecimiento individual.

Encuentra a tu llama gemela sin buscarla. Ella espera que te comuniques y la dejes dirigirte. Si no lo logra, lo más probable es que las dos partes perderán, y lo peor es que ella lo sabe bien desde el minuto uno del juego. Si no hay comunicación entre las dos partes, nada funciona.

Al notar este mal funcionamiento, tu llama gemela inventa otras formas de restablecer la conexión, ¡pero tú continúas buscando a tu llama gemela fuera de ti! En cambio, cuando logras establecer contacto con tu Presencia Yo Soy y empiezas a escucharla sin pensar ni cuestionar, no te equivocas.

Cuando logras esto ya estás llegando a la meta del juego y a punto de ganarlo. El encuentro entre estos dos seres que son uno dividido en dos es entonces posible. Puedes dejar atrás todos los años de sufrimiento experimentados dentro de este gran juego de la ilusión.

El objetivo del juego es lograr ese encuentro

Ahora te diré qué cosas debes hacer para no morir en el intento de ganar el juego, tal y como les ocurre a la inmensa mayoría de los seres humanos. No olvides que el objetivo final es encontrar el más grande amor; ese encuentro de las dos llamas gemelas, con el conocimiento pleno de todo lo que representa.

Tal encuentro ya es posible porque hemos entrado de lleno en la Era de Acuario, donde se manifestará plenamente la libertad, y en la que viviremos ya fuera del juego de la ilusión de la inconsciencia. Por lo tanto, debes encontrar y recorrer el camino que te lleve hacia tu Presencia Yo Soy, la otra mitad de tu ser.

Esa es tu mayor meta: Alcanzar la más alta vibración del amor y lograr que ese hermoso encuentro suceda. Será el resultado de un trabajo constante sobre tu propia persona, y en el cual yo soy tu guía. Desde hace ya mucho tiempo te he llevado paso a paso, explicándote de diferentes formas el proceso a seguir.

Anúlate a ti mismo

Ahora te explicaré dicho proceso desde otro punto de vista, para que veas claramente que éste es el único trabajo que tienes que hacer para lograr alcanzar el más grande amor. Recuerda que no me refiero al romántico encuentro amoroso con alguien externo a ti, sino a la unión de tu verdadero ser.

Lo primero que debes hacer es anularte a ti mismo. Eso te permitirá cumplir el plan de juego que tanto tú como tu Presencia Yo Soy, tu llama gemela, han establecido antes de tu llegada aquí. Para poder escuchar sus indicaciones, debes anular a tu ser de tercera dimensión y dejar que tu ser de séptima dimensión dirija el juego.

La mayor dificultad es que se te han inoculado miedos al entrar en él. Estos miedos se te presentan todo el tiempo de manera inconsciente y hacen que construyas obstáculos en tu vida. Cuando inicias el trabajo de anular a tu ser de tercera dimensión, empiezas a ser consciente del efecto de los miedos en ti.

El trabajo de toda una vida

Al ser consciente, se presentará ante ti una fuerza mayor. Debes reconocerla y aceptar su ayuda. Aquí aparece el primer impedimento que se les presenta a casi todos los seres humanos. Este primer obstáculo impide que la dirección de tu Presencia Yo Soy empiece a manifestarse.

En vez de aceptar y agradecer la aparición de esta fuerza, te llenas de vanidad, orgullo y soberbia, impidiéndote anular a tu ser de tercera dimensión. Esas emociones negativas son barreras que se alzan ante ti, y debes superarlas. Si no lo haces, ten por seguro que morirás en el intento de ganar el juego. Y esto es literal.

Los seres humanos vienen aquí a experimentar el más grande amor; si no lo logran, deberán empezar de nuevo. Las personas literalmente mueren en el intento de llegar al final de este juego, que es maravilloso a pesar de todos sus obstáculos y de todos los miedos que se nos han inoculado.

Solo haz esto: Escucha tu voz interior

Para alcanzar la frecuencia del amor, conéctate con tu Presencia Yo Soy y permite que dirija el juego. De hecho, tu Presencia Yo Soy te está dirigiendo todo el tiempo, desde el primer minuto en el que apareciste en este plano físico. Es la voz detrás de tu intuición. Lo que ocurre es que la mayoría de las personas no la escucha.

En su lugar, permiten que los miedos inoculados en ellos se manifiesten. Buscan afanosamente soluciones a sus vidas y a las de otros. El problema con esto es que si intentas solucionar la vida de otro, lo controlas y manipulas. Debajo del control yace mucha soberbia y mucho orgullo.

El camino correcto corre en sentido opuesto, en la anulación de tu ser de tercera dimensión. Deja que sea el Ser superior que está en ti, tu llama gemela, quien te dicte a través de tu intuición todos los pasos que debes dar. Si no puedes escucharla, por lo menos nosubestimes lo poco que te va llegando a través de ella.

Piensas, arreglas, solucionas, controlas y elaboras estrategias para sobrevivir en el mundo de la ilusión de la inconsciencia. Ahí es donde aparece el dolor. El gran dolor de tener que elucubrar mil falsas salidas para poder sobrevivir en este mundo. No debes sobrevivir; lo único que debes hacer es escuchar a esta intuición que te guía.

Este es el trabajo más extraordinario que tienes por delante: Anularte a ti mismo y permitirle a tu intuición dirigirte. Es, literalmente, el trabajo de toda una vida.

Desapégate de todo, incluso del anhelo del encuentro

Tal vez ya estás empezando a ser dirigido por tu intuición, que es tu Presencia Yo Soy o tu alma gemela. Ya recorres el camino correcto, pero ahora tienes que entrar en el desapego total, incluso de la otra parte que eres, para evitar que al apegarte a ella vuelvas a dividirte, disolviendo la unión lograda.

Y al disolver la unión vuelves a delegar tu poder en otros, como lo ha hecho la humanidad hace eones al adoptar la noción de un Dios externo. También lo delegas tu poder al apegarte a imágenes de ángeles, e incluso al considerar a los Maestros Ascendidos como seres todopoderosos ajenos a ti.

No te apegues a algo externo. Eres parte de una Totalidad. Ni siquiera estás realmente partido en dos; una parte de ti decidió bajar a este plano, y la otra decidió permanecer en un plano superior y te guía. Imagina que estás en un videojuego. Una parte de ti está dentro de la pantalla y la otra tiene el control en la mano y te dirige.

Escucha y empezarás a ver

Si no hay una parte que opere los controles no existe ninguno de los dos, porque el que está dentro de la pantalla no puede moverse, y si permanece mucho tiempo quieto, incluso puede desaparecer del juego. Se puede morir esperando que el otro jugador lo dirija.

Tu otra parte puede dirigirte, pero no dominar tus acciones. Entonces, escucha y fluye, y cuando ya no te veas dividido en dos, no necesitarás apegarte a algo externo. Si desarrollas tu intuición al máximo, puedes alcanzar la frecuencia vibratoria del amor. Entonces podrás realmente ver.

Si te desapegas por completo, puedes alcanzar una frecuencia vibracional tan alta que empiezas a ver a tu otra parte materializada delante de ti. Sin esta altísima frecuencia es imposible lograr el encuentro de dos llamas gemelas. Por lo tanto, fíjate si de verdad estás comunicado con tu Presencia Yo Soy a través de la intuición.

Supera la vanidad, el orgullo y la soberbia

Debes superar estas emociones negativas para permitirle a tu Presencia Yo Soy dirigir el juego. Vence la tan humana inclinación a delegar tu poder en otro, ya que si crees que algo externo a ti es quien tiene el control, permanecerás dividido y no reconocerás lo que de verdad eres.

Si logras combatir estas conductas tan nocivas y superarlas, le permites a tu Presencia Yo Soy tomar el control de tu vida. Ella va a lograr que no mueras en el intento de llegar al final del juego y cumplas tu objetivo, que es alcanzar el más grande amor

Todo lo que necesitas saber para salir del orgullo

 

El secreto del éxito es trabajar en tus miedos

Esa ha sido la labor de toda mi vida y el motivo por el cual nacieron las herramientas cuánticas. No se puede superar el apego, la vanidad, el orgullo y la soberbia sin ellas; no se puede anular a tu ser de tercera dimensión si no trabajas para neutralizar tus miedos.

Son todos esos miedos inoculados los que te detonan las emociones negativas que te impiden escuchar a tu intuición. Y con el simple hecho de no escucharla ya estás manifestando vanidad, orgullo y soberbia, porque no estás reconociendo el poder que está en ti y que debe dirigirte desde otro plano.

Tu intuición te habla todo el tiempo. ¿Cuántos grandes dramas habrías evitado si hubieras escuchado su voz? Esa voz interior que decía: «No vayas por allí. No hagas tal cosa. No cometas ese error», pero que ignoraste cegado por tu orgullo, vanidad, soberbia y apego a cosas y personas.

Hay muchos seres humanos atrapados en matrimonios que sabían acabarían mal, porque una voz se los advertía. Muchos otros han comprado casas, aceptado trabajos y hecho un sinfín de cosas sabiendo que no les traería beneficio alguno. Saber escuchar a la intuición es todo un aprendizaje.

Cuando no piensas, vives

Dejarte guiar por la voz de tu intuición es uno de los trabajos más grandes de tu vida. Es la base de tu anulación como ser de tercera dimensión y la semilla de la humildad. Lograr erradicar vanidad, orgullo y soberbia puede ser extraordinariamente difícil. Sin embargo, una vez que lo aprendes, ya no te manejas si no es por intuición.

A mí me costó muchísimos años aprender a escucharla y hacerle caso cada vez que tenía que tomar decisiones. ¿Y qué es lo que yo enseño? A no pensar; a controlar la mente mediante la corrección de los miedos, para que, al anular al humano de tercera dimensión, elimines el control, la manipulación y los juicios.

Cuando no piensas, vives. Y al empezar a vivir, la voz de tu intuición se escucha fuerte y clara. Cuando vives de verdad, tu corazón late, los lugares vibran, y lo sientes. Las personas hablan, y sientes en tu cuerpo físico si dicen verdades o mentiras. Sientes todo, porque estás siendo dirigido por tu intuición.

No inventes soluciones; escúchalas

Entonces, el mayor trabajo que debes emprender es anular a tu ser de tercera dimensión. Y solo se anula deteniendo los procesos creativos elaborados a través de los miedos. En ellos, buscas desesperadamente soluciones para tu vida, pero tu vida no necesita que inventes soluciones.

Necesita que escuches la solución a través de tu intuición. Que recorras el camino de salida del juego de la ilusión de la inconsciencia. Recuerda que has venido de forma individual a jugar, y que te has dividido en dos partes: Una dirige desde un plano superior y la otra vino aquí.

Ahora tú eres quien ha venido, y si no consigues que quien tiene el control del juego te dirija, permanecerás detenido en el tiempo. Permítele a tu llama gemela dirigir y deja de pensar, porque cuando piensas estás siendo humano. Cuando piensas, eres un ser de tercera dimensión. Cuando no lo haces, eres unidad con la Totalidad.

Si albergas en ti emociones negativas, no permites que tu Presencia Yo Soy te dirija, porque te crees capaz de resolverlo todo. Piensas y elucubras, y has olvidado la humildad. Mientras tanto, tu ser superior está esperando que lo escuches, harto de tu sordera y de los errores que cometes. Sabe que si pierdes, pierden los dos. 

Olvídate de Dios para ser Dios

 

Tu mayor trabajo es detener la mente, escuchar y fluir. Permite que la humildad sea la base de tus elecciones, y así la intuición te dirigirá. No tienes que hacer nada más.

Dos llamas gemelas unidas en el amor

Ahora regreso al título del artículo; al placer de una vida compartida. Pero, ¿compartida con quien? ¿Con la gente que controlas en tu mundo? ¿Con los seres a los que te apegas, desangrándote por ellos y suplicándoles que no te dejen? ¿Con tus compañeros de trabajo, con los que compites todos los días?

El placer está en compartir la vida con el ser que en verdad eres; con tu parte que se quedó arriba y que te acompaña para superar juntos este juego de la ilusión de la inconsciencia. Pueden entrar juntos en un fluir, dentro del cual tú, con la mayor humildad del mundo, te entregas y eres dirigido por tu Presencia Yo Soy.

El placer de una vida compartida significa que no estás solo dentro de este juego de la ilusión de la inconsciencia: Eres uno dividido en dos; una parte lo sabe todo, y tú no sabes nada. Entonces, con la mayor humildad del mundo, permítete ser dirigido mediante tu intuición y entra en este río maravilloso que es la vida.

A través de la libertad, el dominio de tu mente y el conocimiento, tu frecuencia vibracional te llevará hasta cumbres muy altas, y allí tendrá lugar el hermoso encuentro con tu Presencia Yo Soy, con tu llama gemela, que en esta Era de Acuario todos pueden empezar a visualizar y materializar.

A eso es a lo que has venido. Es el final del juego, y tu premio por ganarlo es la unión de dos llamas gemelas envueltas en un amor inconmensurable.


Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: La vida te pone a prueba minuto a minuto

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