Eres el único responsable de lo que pasa en tu vida

Creo que este artículo te tocará profundamente el corazón. Nació porque he visto que muchos seres van por la vida intentando complacer a los demás —así sea a quienes no tienen gran relevancia para ellos—, y se olvidan de la persona que tienen a su lado, que se siente desplazada o desplazado.

En la mayoría de las veces, este ser ama profundamente a su pareja, pero con tanta complacencia hacia los demás descuida lo que tanto ama en pos de sentirse querido y admirado por otros. Está de cierta forma seduciendo con sus encantos a todo el mundo.

Ahora bien, el objeto de esta complacencia puede ser un jefe, una madre, un padre o un grupo de amistades. Los priorizan y les dedican toda su energía en vez de centrarse en el ámbito de su relación. Dejan marchitarse la hermosa flor que tienen, y al dividirse energéticamente, impiden su propia realización.

Respeta a quien realmente te importa

Debes saber que esa persona tan especial merece el mayor respeto de tu parte. Centra toda la energía en el ser que realmente amas. Debes tratarlo con la mayor sinceridad, el mayor respeto y la mayor lealtad que puedas. Recuerda que toda la energía que estás generando a tu alrededor redunda en ti.

¿Por qué? Porque vas a recibir en la misma calidad y cantidad los atributos que estás dando al otro. La lealtad, sinceridad y respeto que le des a ese ser que está delante de ti será la que recibas. Cuando realmente amas a alguien y llegas a perderlo, entras en un estado de desesperación, generando energía que te hará daño.

A la larga, esa energía que has sembrado y que se desprende de la falta de respeto hacia el ser que te ama hará que vayas perdiendo su cariño y admiración, hasta que la hermosa relación que tenías se marchite por completo. Un segundo de complacencia para aumentar tu autoestima hace que tu mundo se resquebraje.

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Intentar complacer a los otros hace que descuides a quien amas

Has empezado a crear el futuro potencial de esa relación marchita, y aunque sigan juntos, ya se perdió el esplendor, la alegría, el amor y el respeto por el otro. Considera si esa complacencia hacia el otro, que puede ser superflua y circunstancial, ha relegado al ser que tienes a tu lado.

Además, ten en cuenta que esas personas a las que intentas complacer y que no pertenecen a tu círculo íntimo irán desapareciendo una a una de tu vida. Puedes llegar a quedarte completamente solo y perder esa gran historia que habías creado. Muchas relaciones comienzan de forma maravillosa y con el tiempo pierden su brillo.

Y esto es a causa de no haber manifestado un respeto absoluto hacia el otro. Una sinceridad, autenticidad y ligereza en el vivir. Una confianza que se establece entre dos seres que se aman y saben que la verdad siempre está por encima de todo. Una buena relación se establece en la confianza y se construye día a día.

Prioriza tus afectos

La relación que has establecido es como un vergel. Cuídalo y hazlo crecer. Recuerda que toda relación va madurando con el tiempo y que ninguna puede ser igual que al principio. Pretender que permanezca siempre igual es agotador. Al final, lo más bello está en la madurez, y por eso debes conservar lo que has cultivado.

Entonces, prioriza tus afectos, bríndales seguridad y demuestra tu amor hacia ellos. Deja de intentar complacer al otro, porque tal cosa te hará infeliz a la larga. Puedes llegar a romper algo bellísimo que estabas construyendo. Mientras esa relación funcione, toda tu atención debe estar en ella.

Una relación basada en la confianza tiene cimientos firmes y puede durar lo que cada uno de sus integrantes desee. No tienes que estar atada o atado eternamente a un mismo ser. Puedes establecer una relación de confianza plena en el otro, y aún así es posible que una de sus partes se enamore de alguien más.

Sin embargo, la verdad, la sinceridad y la lealtad siempre deben prevalecer. Confiar en el otro no significa que estés atado a él o a ella. Si llegas a enamorarte de otro ser, esa verdad estará delante de ti. Basado en la lealtad y la sinceridad hacia tu actual pareja, puedes decirle: «Estoy enamorado o enamorada de otra persona».

La verdad nunca daña

No tiene nada de malo decir las cosas por su nombre. Nadie tiene comprado el futuro. Pueden pasar muchas cosas, pero siempre que la verdad, la sinceridad y la lealtad estén por delante de todo, no haces ni de cerca el daño que ocasionas cuando intentas dividir las aguas en dos, creando la energía de la traición.

Esa energía es durísima y dolorosísima; destruye a todos los que toca. Por lo tanto, alíneate con la verdad, la sinceridad y la lealtad. Con esto le das libertad al otro y le manifiestas el máximo respeto, sin estar por esto encadenado a él o ella, o a la necesidad de establecer relaciones eternas en esta vida.

Esto quiere decir que confías en el otro, y si algo sucede, confías en que ese otro vendrá a ti y te dirá la verdad. La verdad jamás lastima, porque la energía de ese momento manifestará lealtad y respeto, aunque te diga que desea terminar la relación porque está enamorado o enamorada de otro.

Que hables o te hablen con la verdad es tan liberador que no puedes lastimar ni salir lastimado. La verdad no hace daño a ninguna de las partes.

Comparte la alegría con quien amas y no la enturbies

La alegría compartida por las dos partes de una relación puede verse enturbiada por la complacencia hacia los demás y por la falta de sinceridad. El complaciente agota una energía bellísima de amor que era la que los unía en ese momento. Divide esa alegría en dos. Esa energía dejó de ser compartida.

Entonces empieza el disgusto entre las partes. Entra el agotamiento y el aburrimiento.

Si divides esa energía, la pondrás en un lugar donde solo alimenta tu propia vanidad y autoestima. También puede ocurrir que tu complacencia hacia el otro surja a partir de una energía de culpabilidad o de obligación.

Esto ocurre en el caso de muchas ex parejas, donde una de las partes cuida en forma desmedida a la otra y se olvida que ahora mismo tiene otra relación, la cual descuida. No ha priorizado el afecto ni considerado donde debe ponerlo. He visto varias relaciones rotas por demasiada complacencia hacia una ex pareja.

Y así, en aras de los lazos familiares, el complaciente vierte una energía dividida y poco favorable. Ese mismo lazo de culpabilidad u obligación aparece en la complacencia hacia los padres. Ahora bien, no hablo de relaciones en las cuales haces determinadas cosas por amor.

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Relaciones peligrosas

Me refiero a las relaciones en las que haces cosas con frecuencias bajas de vanidad, culpa, orgullo u obligación. Es por esto que cada vez que pasa algo en tu vida, tú eres el único a culpar. Si actualmente te estás manejando con energías de baja vibración, crearás relaciones en las que una de las partes manifestará disgusto.

Eso es muy distinto a cuando realizas actos de verdadero amor haciendo uso de tu libre albedrío. Cuando estás siendo conducido por la vanidad o actúas por obligación, no eres un ser de libre albedrío. Estás atado y tus acciones están basadas en frecuencias bajas, mismas que están manejando tu vida.

En ese caso, quien tiene libre albedrío es tu vanidad y no tú. Estás siendo manipulado por ella. El libre albedrío se ejerce cuando eres un ser de amor. En ese momento la aceptación y la sinceridad son parte inherente de ti, y no puedes aceptar algo a tu lado que no sea igual a ti.

Y así, cada vez que te topas con energías de baja frecuencia, no permites que desplomen tu propia vibración. Todas las personas tienen libre albedrío y pueden vivir en la mentira, el odio o el orgullo, pero si tú eres sinceridad, lealtad y amor, eso será lo único que llegue a ti.

No justifiques tu apego

Muchas personas cometen el gravísimo error de confundir el ser amor con soportar todo tipo de abusos. Te engañas a ti misma o a ti mismo cuando mantienes una relación desleal, donde no existe confianza ni respeto. No puedes soltar esa relación y te justificas argumentando ser amor y perdón.

Justificas tu apego a una relación tóxica y tu complacencia en aras de una obligación. Ten mucho cuidado con eso, porque yo lo escucho mucho. Oigo cosas tales como: «Sigo al lado de mi marido porque yo soy un ser de amor y yo fui la creadora de esa situación. Es todo mi culpa». Eso es el autoengaño más grande.

Es una falta total de sinceridad, lealtad y verdad hacia ti misma. Permaneces en una relación atroz porque estás atada por el apego hacia ese ser. Eso no es amor ni perdón, y a la larga va a destruir tu cuerpo físico. Invocas la ley del perdón y la ley del amor y aguantas, pero el aguantar no es libertad y no es ejercer tu libre albedrío.

Recuerda que eres un ser con un poder tan enorme que no necesitas de nada ni de nadie, y que los demás también son seres con un poder tan grande que no necesitan de nada ni de nadie; ni siquiera de ti. Por lo tanto, soltar en el momento adecuado es la solución a tus problemas. Y eso se llama amor, libertad y libre albedrío.

El amor verdadero es respetar tu verdadera identidad

Me da muchísima pena escuchar historias de abusos y apegos, porque no eres esclava o esclavo de nada ni de nadie. La libertad es inherente a tu ser. Por lo tanto, selecciona muy bien a quienes están a tu lado. No te ates a relaciones tóxicas en el nombre del parentesco, el matrimonio o la obligación filial.

No permanezcas en relaciones donde campean la vanidad, el orgullo, el dolor, el odio, el rencor, la falsedad, la falta de sinceridad y la falta de amor. El amor a ti mismo debe prevalecer. Si no te amas a ti misma o a ti mismo, el amor que dices tener no existe. El amor no emana de afuera hacia adentro, sino desde tu interior.

Si respetas tu verdadera identidad, todos los demás te respetarán. Así pues, ten cuidado en cómo aplican la ley del amor, la ley del perdón y la ley del libre albedrío. Hazlo como un ser elevado y ascendido, y no como un ser humano sujeto a la tercera dimensión.

La Ley del Amor es Yo Soy Amor. La Ley del Perdón es Yo me perdono, y la Ley del Libre Albedrío es Yo decido todas las cosas que vienen a mi vida.

No te dividas entre dos mundos

Esto quiere decir que en un inicio vuelcas tu energía en una relación, pero después empiezas a repartirla en dirección a la complacencia para con los otros, el engaño y la falta de respeto hacia la persona que tienes a tu lado. Con ello provocas que eso tan puro que tenías se altere por completo.

En vez de ser una energía de expansión lo es de contracción, y por más que creas que los demás no lo notan, esa energía habla por ti. Se hace visible para todos los seres a tu alrededor, independientemente de que sepan a ciencia cierta o no lo que está sucediendo.

La energía cambió de ser expansiva a contraída, y genera en ti un vacío existencial. Entonces, esa relación tan hermosa que tenías ya no te sienta bien. Empiezas a volcar tu energía en dos vertientes, esperando que venga a complacerte. Jamás complace, porque no puedes borrar la verdad que siempre está delante de ti.

Aprende a soltar

 

La verdad siempre por delante

Una persona auténtica va con la verdad por delante, y eso se nota de inmediato, al igual que la falsedad. Hay una energía muy notoria emanada por la falta de verdad y que es generada por frecuencias bajas de culpabilidad e inseguridad. Cuando divides la energía pierdes la esperanza en aquello donde la habías depositado.

Como te mencioné antes, si una relación está basada en la verdad, la sinceridad y la lealtad, sabes que la persona que tienes a tu lado no está atada a ti y puede pasar que se enamore de otro ser. También puede pasar que la relación que tienes ya no te guste. No te sientas culpable por ello.

Siempre que mantengas la verdad delante tuyo y construyas lazos de amor verdadero, tendrás relaciones hermosas, e incluso aquella que ya no te guste tendrá un final feliz, con crecimiento y aprendizaje mutuos. En cambio, lo que hacen muchas personas es que antes de cerrar una relación abren otra, y no son felices en ninguna.

Debes saber cerrar ciclos

Esto es importantísimo. No todas las relaciones que inician tienen éxito. Algunas aparecen en tu vida para brindarte una valiosa enseñanza. A cada una de ellas, independientemente del resultado final, debes dedicarle toda tu energía y no dividirla en dos.

La energía que te ha unido a una pareja genera una causa y un efecto. Muchas veces llega un punto en el cual se equilibra y tienes la sensación de haber pagado una deuda. Ese es el momento de cerrar el ciclo. Si aprendes a detectar cuando cerrar una relación, la energía que vas a mover será de expansión y no de contracción.

Estarás con las alas replegadas. En cambio, si te inunda una energía de contracción, fallarán todas las áreas de tu vida, incluyendo tus finanzas, relaciones e incluso tu cuerpo físico. Esa energía de contracción se genera porque la has dividido entre dos o más ciclos, o porque lo que has construido ya no te gusta y no lo cierras.

La mentira genera energía de contracción

Llega un momento en el que algunas relaciones deben finalizar porque ya se ha cumplido un pacto hecho antes de venir aquí y que ayuda en el desarrollo de un plan determinado. El no saber cerrarlas hace que bloquees todas las áreas de tu vida y generes una gran cantidad de energía de contracción.

Debes evitar eso. A través de la verdad y la sinceridad puedes liberarte y salir por completo de la energía de contracción creada por el ocultamiento, la vanidad y la complacencia hacia los otros. Mediante la verdad y la sinceridad puedes retomar el camino, expandirte y reconstruir todo lo destruido, empezando por ti.

El principal beneficiado eres tú mismo. Es a ti a quien debes cuidar. No lo hagas por los otros. La energía negativa que generas provoca en ti un vacío existencial y destruye tus relaciones. El vivir a través de las mentiras contrae. Así pues, si amas algo, cuídalo como si fuera lo más delicado del Universo. Como si fuera un cristal.

Si amas algo, cuídalo

Si no tienes cuidado al manejar un cristal puede que no se rompa, pero es muy probable que se quiebre. Y ese cristal nunca será igual a lo que era. No está roto, pero está quebrado. Las relaciones son como un cristal bellísimo, reluciente, pero muy frágil. Hay que tomarlo con delicadeza y amor.

Mantén una energía de altísima confianza, respeto, cuidado y amor mutuos, y ella hará de ti un ser completo. De lo contrario, caerás en un vacío existencial contra el que debes luchar cada día de tu vida, porque nada te llena y nada te completa. Así que si quieres tener una vida realizada, pon toda tu energía en donde estás ahora.

Ponla en ese ser que tienes a tu lado y en esa relación. Tómala con el amor más puro y la delicadeza más extrema. Recuerda que lo igual atrae a lo igual. Un ser que da lo mejor de sí mismo recibirá del otro la entrega de lo mejor de sí mismo. Si no es así, debes saber que es hora de cerrar esa relación y empezar algo nuevo.

Al momento de cerrar un ciclo, puedes decir: «Gracias por todo lo que he aprendido contigo. Gracias por todo el amor que nos hemos dado, y gracias por todo lo que hemos compartido». En cambio, mantener las dos aguas abiertas significa que tienes miedo a estar sola o solo, y lo que va a suceder es que te vas a quedar sin las dos.

Debes saber que toda falsedad en tu vida te consumirá. La sinceridad, la lealtad, la verdad, el respeto y el amor más puro están por delante de todo.

Todo lo que hagas y digas vendrá de regreso a ti

Si observas deslealtad y falta de sinceridad en el campo cuántico, eso mismo vendrá a ti y te consumirá. Y no solo me refiero a la infidelidad de pareja, sino de cualquier tipo de verdad. Puedes mentirle a las personas, pero a la verdad universal no se le miente. Analiza todo lo que observas en el campo de las infinitas posibilidades.

Por eso, te repito que cada vez que pasa algo en tu vida, tú eres el único a culpar. La verdad universal nunca falla, y si te estás conduciendo de forma vanidosa, mentirosa, complaciente, desleal e insensible, te ha dominado el miedo a asumir tu propio rol y tu propio libre albedrío.

Un ser que se maneja sin miedo dirige su libre albedrío. Esto quiere decir que todo lo que haces, tu verdad, tu sinceridad, tu lealtad, tu fidelidad, tu fortaleza y tu amor, van a regresar a ti, porque eso es lo que construyes. Nunca olvides que solo manifiestas aquello que observas.

Olvídate de Dios para ser Dios

 

Una vez más, te digo que eres un Dios vivo

Siempre les recuerdo esto porque espero que algún día muy próximo quede grabado en ti. Si eres un Dios vivo, ¿a qué le temes? No te ates a personas tóxicas, mentiras y deslealtades. Si descubres que eres complaciente porque te gusta aumentar tu autoestima o eres vanidoso, debes saber que detrás de eso hay miedo.

Te acechan los miedos a tu propio poder y a ser tu mismo. Te ocultas detrás de esa vanidad y no eres libre. No hay nada más liberador en esta vida que no necesitar de nada ni de nadie y ser lo más auténtico que se pueda. El amor que irradias a través de tu autenticidad te convierte en un imán para toda la abundancia del Universo.

Ser auténtico, poner siempre la verdad por delante, convertirte en amor y manifestar este Dios vivo que eres hará que todas las relaciones que establezcas sean maravillosas: Con tus padres, hijos, marido, esposa, compañeros de trabajo o los transeúntes que caminan junto a ti por la calle.

Hasta puede maravillarte tu relación con una pequeña flor que crece a la orilla de la acera. A todas ellas debes darle el mismo nivel de verdad, lealtad, autenticidad, amor y cuidado, porque eso es lo que al final te hará libre.

 


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