La solución a tus problemas no está en el pensamiento

Muchas veces, cuando surge un problema surge también la desesperación. Si te dejas llevar por ella puedes llegar a elucubrar soluciones basadas en la mentira y el miedo, mismas que casi siempre te complican en vez de ayudarte. A este respecto, debes saber que lo mejor que puedes hacer es no pensar.

Para liberarte de los problemas debes estar en sintonía con tu intuición. Generalmente, cuando aparece un contratiempo, brotan también un sinfín de pensamientos contradictorios. Te preguntas: «¿Hago esto o no? ¿Digo esto o callo?¿Me voy o me quedo? ¿Miento o digo la verdad?». Vivir implica tomar miles de decisiones.

Por eso quiero compartirte la fórmula que utilizo en una situación adversa. Lo qué hago cuando por un lado los pensamientos surgen y por el otro mi intuición me da indicaciones. Nunca olvides que ella siempre tiene la razón y es quien te dará la solución. Atiende su llamado, aunque te diga algo opuesto a lo que piensas.

Evita dar vía libre a tus pensamientos

Los problemas no existen; solo son pensamientos que tuviste de forma consciente o inconsciente, y que se te han manifestado. Recuerda que todo en el Universo es un pensamiento y una creación. Lo que te sucede en este instante es una creación producto de tu pensamiento.

Por lo tanto, al surgir un problema, evita alimentarlo y sostenerlo con tus pensamientos. Esto es lo primero que debes hacer si deseas escuchar a tu intuición. El intentar solucionar los problemas mediante tus pensamientos presenta una gran desventaja: Que esa solución siempre estará marcada por emociones negativas.

Esto es así porque al surgir un problema se detonan en ti temor, desesperación, ira, tristeza e incluso venganza. Estas emociones te impiden encontrar una solución acorde al dictado de tu intuición. Si dejas correr libre a ese tropel de energías negativas en busca de una solución, tienes un 99% de probabilidad de errar en tus elecciones.

Es casi seguro que errarás porque estás buscando el cómo, y el cómo jamás lo generas tú: El cómo siempre lo elije tu Presencia Yo Soy. Lo único que tienes que hacer y en lo que debes centrar tus esfuerzos es observar en el campo de las infinitas posibilidades la solución, no pensar en ella.

Evita dar lugar a soluciones basadas en pensamientos

Casi siempre, las soluciones que tconstruyes producto de tus pensamientos ocasionan más problemas. Como te decía antes, lo peor que puedes hacer cuando aparecen las dificultades es darle vía libre a tus pensamientos. Evita el hacerlo, porque todas las soluciones que encuentres basadas en tus pensamientos acrecientan el problema.

Lo sé de cierto porque yo misma pasé muchas veces por eso. Después de haber navegado por un mar tempestuoso de pensamientos y miedos, sé perfectamente todo lo que puede llegar a provocar una mente descontrolada que nunca deja de hablar planteando escenarios catastróficos.

No pienses en la solución, y ésta llegará

Si deseas encontrar una verdadera solución, dale lugar a tu intuición y no a los pensamientos. Cuando surge un problema y le quitas el pensamiento sin resistirte, la solución viene en camino. Ese problema era una creación tuya, surgida a partir de un pensamiento de tu mente inconsciente.

Las cosas no suceden por casualidad. Hay una mente creadora y que siempre tiende al equilibrio, aunque tú no lo percibas. A este respecto, puedes utilizar este grandioso decreto:

La solución está en camino y la veo fácilmente.

Así que si tienes un problema, no te resistas, desapégate de los pensamientos y de las soluciones, y decreta. Sal de todos esos pensamientos que siempre vienen de la mano de las adversidades y evita dar soluciones a partir de ellos. Puedes decir: «No sé lo que va a pasar, pero Yo Soy la solución», y usa el decreto anterior.

La solución no se piensa; se decreta. Nada más que eso. Es sencillo: No te enredes en pensar el qué y el cómo. Recuerda: No sé lo que puede pasar con mi enfermedad. No sé lo que puede pasar con mis relaciones. No sé lo que puede pasar con mi dinero. La solución está en camino y la veo fácilmente

Conviértete en la solución para tu vida

 

Cambia tus pensamientos y dirígelos hacia lo que te es agradable

Si te están engañando o mintiendo, enfoca tu pensamiento en otro lugar. Reconozco que hacer esto no es fácil, pero es aquí donde tienes que poner toda tu voluntad, esfuerzo y constancia. Cambia tus pensamientos y empieza a dirigirlos hacia lugares, personas, acciones o situaciones que te sean placenteras.

Y si por ejemplo descubres una infidelidad o una deslealtad, toma acción y dirige tus pensamientos hacia una nueva relación, o por lo menos hacia unas vacaciones. No te apegues a personas, propiedades u objetos materiales, porque muchas veces los más grandes bloqueos son producto de un apego desmesurado.

Y si el banco se queda con tu casa, ¿cuál es el problema? Ahora puedes tener una nueva vida en un nuevo lugar. Empieza a soñar con esos lugares donde te gustaría vivir. Recuerda que la solución está en camino y la ves fácilmente. Decreta eso, y no centres tu atención en el problema que se te ha presentado.

Puedes decir: «Bueno, al fin se desencadenó todo. Al fin se desnudó todo. Ahora puedo empezar a ser libre. Puedo empezar a crear algo nuevo».

La solución está en camino

Cambia tus pensamientos y dirígelos hacia situaciones, personas y lugares que te hagan feliz. Así permites a tu intuición, que es tu Presencia Yo Soy seleccionar lo que llegará a tu vida. Nunca olvides que la solución ya está en camino. Es más fácil lograr el desapego y la no resistencia de esta forma. Es un atajo que te muestro.

Yo misma pasé por situaciones que en su momento me parecían enormes y ahora las veo insignificantes. En su momento eran muy grandes. En esas épocas muchos de los que estaban a mi alrededor decían acerca de mí: «No le importa nada; es un verdadero desastre».

Al final yo salí disparada a la velocidad de la luz, como el Correcaminos, y ellos todavía están intentando resolver sus problemas. Esto ocurrió porque logré cambiar mis pensamientos. Al surgir un problema, decía: «¿Qué pasó? ¿Por qué he creado esto? Bueno, no pasa nada. La solución está en camino y la veo fácilmente».

Empieza a vibrar alto para crear cosas nuevas y no quedarte en la oscuridad. Siempre elige alinearte con la luz y ver la parte positiva.

Utiliza herramientas cuánticas para cambiar tus pensamientos

Una de las funciones de las herramientas cuánticas es la transmutación no solo de todo aquello que has creado, sino de tus pensamientos. Esto es así para que no estén teñidos de miedo. Así evitas que ese miedo sea quien te traiga una supuesta solución que muchas veces está cargada de mentira.

Lo único que hace esta «solución» es llenarte de odio y venganza, y en vez de acabar con el problema te dispara una serie de emociones negativas. En ese momento te sientes atrapado, desesperado y sin esperanza. Si todo tu mundo está teñido por el miedo, la verdadera solución jamás llegará.

Está bloqueada por toda esa baja frecuencia vibracional. Algunas personas incluso llegan a atentar contra su vida buscando una salida. Y como es imposible encontrar una solución sumido en la desesperación, entonces, ¿qué debes hacer? Decirle al campo de las infinitas posibilidades: La solución está en camino y la veo fácilmente.

Al hacer esto empiezas a teñir todos tus pensamientos de frecuencias altas, y entonces controlas tu mente para que no dé supuestas soluciones desde el miedo.

Provoca encuentros y situaciones favorables

Generalmente, cuando las personas tienen un problema se aíslan y encierran en su mundo, dándole vueltas a la mente y peleándose con todo lo que está a su alrededor. Están siempre de mal humor, desesperados y desesperanzados. Entonces, con su energía completamente contraída, salen a enfrentar su quehacer cotidiano.

Eso es lo peor que pueden hacer. Si te encuentras en este punto, oblígate a provocar encuentros con personas que te puedan dar alegría. Por lo menos vete de viaje un par de días. Propicia situaciones que te cambien todo ese malestar. Visita gente que te divierta. Trata de evadirte por un momento y salir de los pensamientos negativos.

Observa a las personas a las que parece no importarles nada y aún así están muy bien. Aquellos seres que te hacen pensar: «Se la pasa bomba, todo se le resbala, cambia cada semana de novia o de novio y mira cómo le va. Y yo me paso el día trabajando, preocupándome por mi familia, y todo me sale mal».

Lo que pasa es que esas personas se ocupan de sí mismas: De su bienestar y de ser felices. Muchos hombres tienen esa facilidad. Si tienen un problema, se lo sacan por unas horas y se van a tomar unas cervezas con sus amigos. No están todo el día dándole a la cabeza como hacen muchas mujeres.

Evita hablar de tus problemas

Así pues, imita a esos que tú consideras un desastre, porque ellos cambian fácilmente sus pensamientos. Provoca situaciones disfrutables y busca personas que te hagan sentir bien. Evita por todos los medios hablar de tus problemas, a no ser que debas hacerlo con un profesional que te brinde ayuda, como un médico o un abogado.

En ese caso, le entregas el tema y luego lo sueltas. Te vas de viaje ese fin de semana, porque necesitas elevar tu frecuencia vibracional. No busques soluciones, y así la solución vendrá a tu vida. Fíjate que no te he pedido evadir los problemas, sino los pensamientos acerca de ellos y sobre las posibles soluciones.

El creador de los problemas eres tú, con ese alud de pensamientos y soluciones. Asimismo, hay que darle vuelta a lo que nos enseñaron en la Era de Piscis, donde todo era pecado. Además de imponerte la idea de un Dios castigador, resulta que todo lo que te gusta es pecado. Entonces, de todas formas lo cometes, pero con culpa.

Hablar de tus problemas los potencia. Cuantas más personas estén observando tu problema, éste se volverá más difícil de erradicar. Mientras menos hables, mejor.

Deja de maltratarte

La culpa siempre enferma. En cambio, esos a los que tildaste de desastres ambulantes lo hacen todo sin culpa y encima siempre les va de maravilla. Ahora, tampoco quiero decir que puedes ser un disoluto egoísta y no pensar en los daños que ocasionas a otros con tus pensamientos y acciones.

Obviamente hay que saber que también existe la rueda de causa y efecto, y que todas tus acciones la activan. Por lo tanto, actúa siempre desde la solidaridad, el amor, el perdón y la camaradería. Te repito que cuando digo «evadir», no significa: «No tengo dinero para mis hijos. Entonces me evado y no les paso la pensión alimentaria».

Tampoco significa permanecer al lado de personas tóxicas, infieles y desleales, y decir: «Me evado del problema y así ya no existe. Me quedo y sigo sufriendo». He observado mucho esta situación en las pacientes que atiendo. Siempre buscan justificaciones tales como: «Yo también fui muy mala. No me he dedicado a él»

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Sueña con tu bienestar

Sueña con tu libertad y tu bienestar. Empieza a soñar y a crear situaciones agradables en tu vida: Irte de viaje, reencontrarte con amigos y amigas que has dejado, volver a divertirte, a reír y a disfrutar. Mientras tanto, ten la certeza de que la solución está en camino.

Tú no tienes que encargarte de la solución; tienes que encargarte de estar bien para no seguir creando con miedo esos mismos problemas. Además de provocar encuentros y situaciones, ve a lugares que te gusten mucho. Regresa a tu ciudad o pueblo natal y encuéntrate con amigos que dejaste de ver hace muchos años.

Ríete con ellos de tu infancia y adolescencia. Cuanto más elevada esté tu frecuencia vibracional, más rápido y de manera más mágica vendrá la solución. No hables de tus problemas con los demás. No vayas al pueblo donde naciste a encontrarte con tus amigos de la niñez para hablarles de tus desgracias.

Al desapegarte del problema, la solución llega mágicamente

Pide la solución y luego desapégate por completo de ella. Permite que empiece a confluir todo el Universo para que pueda dártela. Esto te lo digo por experiencia propia. Cuando uno busca soluciones no hace falta nada; ni siquiera dinero. Un solo problema tiene infinitas soluciones.

Para cada situación y cada circunstancia que viene a tu vida hay infinitas posibilidades de solución. Sin embargo, si no consigues evadirte de tus problemas y sigues observándolos, lo que haces es elegir con tus miedos una «solución» que tu intuición, tu Presencia Yo Soy que es infalible, jamás hubiese elegido.

De esta manera, nunca logras escucharla en el momento en que más la necesitas: Cuando este campo cuántico empieza a confluir. Cuando este Universo confluye, va a elegir dentro de las infinitas posibilidades aquello que puedas manifestar. Si se lo permites, siempre elegirá lo más acorde y adecuado.

Esto es asì porque sabe exactamente la posibilidad que tienes de solucionar ese problema. Mira atrás en tu vida y verás que las verdaderas soluciones se te han dado de la forma menos esperada y más fácil. Para lograr la solución necesitas desapegarte del problema. Cuando la mente se pone a hablar, ya no para.

Recuerdo haberle dicho a mi cabeza: «¡Basta de pensar!». En ocasiones hasta me golpeaba, porque no la podía detener. De ahí nacieron las herramientas que controlan y corrigen la mente.

La gratitud es parte esencial de este proceso

Un estado de gratitud precipita en forma mágica la solución. Da gracias por la gente que te rodea, por la silla donde estás sentado, por esos lugares donde disfrutas, y por todo lo que tienes a tu alrededor. Entra conscientemente en la gratitud y luego siéntela como un estado interior.

Tienes mucho por qué agradecer: Hijos, nietos, maridos, esposas, parejas, personas que te han ayudado... Acuérdate de aquellos seres que han estado en el momento en que más los necesitabas. No hace falta que se los expreses con palabras. La gratitud es una frecuencia vibracional.

Este estado de gratitud hace que entres en una frecuencia altísima de vibración, en la cual es muy fácil precipitar. Precipitar significa manifestar tus deseos.

La gratitud te eleva a la energía del amor

Entra en un estado de levedad

Al hacerlo, empiezas a entrar en el flujo de la vida. En un estado en el que aparentemente no te importa nada, pero que en realidad es todo lo contrario. Todo te importa, porque has entrado en el amor y la gratitud. Por esto me reía cuando me decían que era «un desastre».

Me reía porque siempre terminaban la frase diciendo: «Pero todo le sale bien. No sé cómo lo hace, pero todo le sale bien». ¿Y qué era lo que yo hacía? Estaba en este proceso de gratitud. Entraba en este estado de levedad que te mencioné. Allí es donde tú también debes entrar para que las soluciones vengan a tu vida.

Debes ver a los que te califican como un desastre y pensar: «¡Gracias por estar en mi vida!». No hace falta que lo expreses de forma oral. Lo tienes que vibrar, y ese es el punto al que quiero que llegues. Aplica lo que te he compartido; así entrarás en el flujo de la vida, y en ese momento la confluencia atómica te dará la verdadera solución.


Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: No dejes que las sombras retrasen tu camino hacia la iluminación

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