Reconoce la vanidad y el orgullo que hay en ti

Una de las características más nocivas de la vanidad y el orgullo es que son capaces de esconderse detrás de muchos actos cotidianos aparentemente inofensivos. Tal vez no seas vanidosa u orgulloso en el sentido tradicional de no poder dejar de admirarte ante el espejo, o de tratar con altanería a los demás todo el tiempo.

Sin embargo, existen ciertos momentos en los que, sin darte cuenta, se detonan estos sentimientos, y junto con ellos un sinfín de emociones negativas que generan grandes bloqueos en tus relaciones, finanzas y salud. Ahora empecemos por definir vanidad y orgullo.

¿Qué es la vanidad?

Estoy segura que si se les preguntara a la mayoría de las personas si son vanidosas, contestarían que no, pero la vanidad va mucho más allá del puro narcicismo. Es la necesidad de ser observado y admirado no solo por ti, sino por todos los demás. Esta necesidad es tan humana que casi todos la hemos experimentado alguna vez.

¿Qué es el orgullo?

Por su parte, el orgullo combina ese deseo de admiración con un sentimiento de superioridad. En ocasiones, aunque te sientas el ser más despreciable de la Tierra, el orgullo te hace tomar decisiones desfavorables, o hacer cosas que has lamentado. Ese mismo orgullo puede manifestarse incluso en pequeños actos cotidianos.

Y es que ¿a quién no le gusta ganar una discusión? ¿Quién no desea ser el que toma las decisiones? Así pues, como primera acción debes reconocer estos sentimientos en ti. Su efecto más perjudicial consiste en que te separan por completo del amor que realmente eres y en el que debes convertirte. Son una trampa peligrosa.

Tanto la vanidad como el orgullo son provocados por miedos

Recuerda que lo único que te separa del amor que en realidad eres y en el que debes convertirte es el miedo. Nada más que el miedo. Por eso debes entrar en tu mente inconsciente y transmutarlo. De esta manera neutralizas al gran causante de todas tus limitaciones. La única barrera que existe entre tú y el amor es el miedo.

Existen infinidad de miedos, pero los dos principales que subyacen detrás de la vanidad y el orgullo son el miedo al rechazo y el miedo a no ser suficientemente bueno. Ellos son quienes se encuentran detrás de las máscaras de estas emociones tan negativas.

Estos miedos son quienes impulsan en ti la necesidad imperiosa de sobresalir y no permanecer oculto atrás de otros. Así pues, debes corregir estos dos grandes miedos. No olvides que es imposible lograr la ascensión sin la corrección de las energías que provocan los miedos que están ocultos en tu mente inconsciente.

Cada vez que se detona en ti uno de estos miedos, te separas de lo que te une a la gran Totalidad. Te alejas de lo que te conduce hacia la ascensión que tanto deseas. Recuerda que tu mayor meta debe ser alcanzarla, y que toda la humanidad ya está preparada para llegar a ella de forma masiva.

Conéctate con la ascensión de la Tierra

La Tierra ya está ascendida. Como consecuencia, y siguiendo lo establecido por la Ley de Atracción, si deseas permanecer en este planeta tienes la necesidad de convertirte en amor y ascender. De lo contrario, tendrás que irte. Ahora mismo en este plano físico hay muchos seres y muchas situaciones que se están yendo.

Deben irse porque la Ley de Atracción, que actúa como un imán, los repele. En la Tierra las cosas se dan de una forma muy sencilla y armónica, y mediante un muy sencillo y armónico proceso se está expulsando de aquí a la tercera dimensión, junto con todos los seres que están todavía atados a su esencia.

A fin de cuentas se deberán ir, así que deja de observar los acontecimientos como catástrofes. Las catástrofes no existen en el Universo; existen equilibrios. Ocúpate en cambio de transmutar el miedo al rechazo y a no ser suficientemente bueno, porque son el combustible de la vanidad y el orgullo.

Ellos hacen que tu energía esté mal dirigida. En vez de encaminarte hacia tu ascensión, te hacen buscar incansablemente la atención y la admiración de los demás. En cambio, cuando alcanzas tus propias metas entras en un estado de plenitud y bienestar. 

Permite que la luz descienda sobre la Tierra

 

Libérate de la necesidad del halago

Ese estado de plenitud es lo único importante; cuando lo logras, ni siquiera te importa que te observen, te digan lo bien que lo has hecho, o te aseguren que eres mejor que los demás. Si te sientes plena o pleno, ¿qué importan las palabras halagadoras o la atención desmedida de los otros?

Dentro de la tercera dimensión hay una línea muy delgada entre el placer que sientes cuando otros te observan y te admiran, y el placer que sientes cuando estás en plenitud contigo mismo. En el primer caso, las palabras de los demás te hacen sentir superior. En el segundo, has llegado a tu meta.

Los dos son muy placenteros, y por eso corre entre ambos una línea muy fina. No obstante, existe una diferencia abismal entre los dos placeres. El derivado de la opinión de los demás dura muy poco, porque en el momento en que dejan de adularte, entra en ti una cierta desazón. Las palabras se esfuman por completo.

En cambio, el estado de bienestar contigo mismo nunca es alterado por las circunstancias; es estable y no depende de factores externos. En ese estado de completitud constante no necesitas nada material o inmaterial. No necesitas palabras de aliento, y ni siquiera el acompañamiento de otro.

Alcanza la plenitud al traspasar los miedos

Muchas veces, las sensaciones de aislamiento o soledad te indican que no estás completo. Cuando entras en un estado de placer contigo mismo ni siquiera necesitas compañía. Ahora bien, ciertamente es hermosa la compañía, pero no como necesidad, sino como un verdadero estado del ser. Son dos cosas muy diferentes.

He comentado en varias ocasiones que al llegar a esa plenitud, la soledad y el aislamiento dejan de existir en ti. Es un estado maravilloso, y te lo puedo decir por experiencia personal. Para alcanzarlo, debes trabajar en la neutralización de los miedos mediante el control y la corrección de las energías.

No hay otra manera de superarlos. No estamos en una película de automotivación donde el peor se transforma en el mejor de un día para otro y hay un maestro que nos salva de todos los peligros. Lo que de verdad existe es una energía que te aplasta y que está dentro de tus cuerpos físico, mental, emocional y espiritual.

Esa energía eterna debe ser transformada por ti. No olvides que eres el observador en el campo de las infinitas posibilidades. Mientras sigas observando el miedo al rechazo y a no ser suficientemente bueno, los sentimientos de vanidad y orgullo seguirán apareciendo en ti.

La vanidad y el orgullo aparecerán en cualquier momento, en infinidad de situaciones y en todo lugar. Se disparan y crean bloqueos en tu cuerpo físico, finanzas y relaciones.

Lo único importante es el amor

Ese amor en el que te debes convertir es lo único que importa. El amor hace que sepas cuáles son tus metas y hasta dónde quieres llegar. En ese momento ya no necesitas el reconocimiento de los demás, que es lo que da pie a los sentimientos de orgullo y vanidad.

El amor no viene de afuera. Es algo en lo que debes convertirte. Existe solo el Yo Soy Amor que te une a la gran Totalidad. Antes de tomar una decisión, debes intentar conectar este Yo Soy Amor a tu cuerpo físico, mismo que es tu avatar actual. El cuerpo físico es el vehículo que usas para transitar por este plano.

Y a propósito de vehículos, piensa en uno realmente excepcional. Tal vez un Lamborghini. Cuando llega a aparecer uno por la calle, la gente se para para verlo y dice: «¡Qué imponente, qué hermoso! ¡Es el mejor de todos!». Sería, por así decirlo, el más vanidoso y orgulloso de todos los coches.

Sin embargo, el que se convierta en amor o en pura vanidad dependerá del ser que va dentro de él. Si ese ser tiene miedo al rechazo y a no ser suficientemente bueno, entonces ese coche no se convierte en amor. Está separado de la Fuente, y a pesar de su belleza externa, no es agradable. 

El poder del amor puede cambiarlo todo

 

No te fijes en el vehículo, sino en quien lo conduce

Cuando ese Lamborghini pasa y está siendo conducido por un orgulloso y vanidoso, la gente dice: «¡Qué molesto! ¡Qué ruido tan feo hace! ¡Qué clase de bruto va adentro y qué mal conduce!». Sin embargo, si el ser que va en el Lamborghini está conectado con la Fuente y es amor puro, pasa y la gente le saca fotos al auto.

Todo mundo saluda al conductor, le aplaude y dice: «¡Es el mejor coche del mundo!». Este es un ejemplo sencillo que ilustra la diferencia entre tu cuerpo físico y tu ser. El cuerpo físico es tu vehículo, y no importa si a primera vista los demás pueden observarte como un bellísimo Lamborghini.

Si dentro de ese hermoso auto hay un ser atrapado por el orgullo y la vanidad, solo provocará repulsión. El mismo vehículo ocupado por un ser grandioso, que lo conduce desde el amor, deja a su paso alegría y delicia. El ser que habita dentro de ti puede estar unido al miedo y estar separado de la Totalidad, o estar lleno de amor.

Convertirte en el conductor al que se admira depende de ti y de tu trabajo en la transmutación de esos miedos que te impiden ser el amor en el que debes convertirte. Tienes que superar la vanidad y el orgullo, y eso significa superar el miedo al rechazo y el miedo a no ser suficientemente bueno.

No basta decir que no eres vanidosa u orgulloso. Hay que trabajar en la energía que está detonando estos miedos en ti.

La vanidad y el orgullo impiden que te conviertas en amor

Si toda tu energía está concentrada en ser reconocido y admirado por los demás en vez de enfocarse en ese amor en el que debes convertirte, te perderás de grandes experiencias. Y eso no es lo peor, sino que generarás una enorme cantidad de bloqueos en todos los aspectos de tu vida.

Así pues, cambia tu observación en el campo de las infinitas posibilidades. Tienes dos metas totalmente distintas frente a ti: Una es sentirte superior a los otros, ser observado y admirado, y la otra es convertirte en amor y alcanzar la gran ascensión. Esto último significa convertirte en el maravilloso ser que ya eres.

Acuérdate del ejemplo del coche. El Lamborghini siempre es el mismo. Depende de quién lo conduce si se convertirá en amor o vanidad. Cuando estás en la luz, conectado con tu ser de mayor vibración, pasas por la calle y todo el mundo dice: «¡Wow, este vehículo me gusta! Deja una estela hermosa de amor y poder».

La admiración que realmente vale

Al llegar a este punto surgen dos preguntas importantes: ¿Cuántas veces le has dicho a quienes están a tu lado: «No me quieres. No me valoras. No me admiras»?, y ¿cuántas veces has puesto tu atención en provocar admiración y ser observado en vez de decidir convertirte en amor?

Recuerda que cuando pasa un Lamborghini conducido por un ser conectado con la Fuente a todos nos gusta. En cambio, cuando pasa envuelto en vanidad y orgullo, la gente dice: «¡Uhh, qué horrible! ¡Qué escándalo hace y cómo contamina! ¡Y el que lo conduce es una bestia!».

Ese conductor está buscando el reconocimiento de los otros a través de la vanidad y el orgullo. Así pues, conviértete en este ser de amor que eres e irradia a todos con tu gran luz. Deja que todos los que estén a tu lado vean al ser en el que te has convertido… ¡y entonces te admirarán!

Irónicamente, así consigues el mismo resultado que deseabas, pero no lo haces desde la oscuridad y el miedo, sino por haber alcanzado tu meta. Como te has convertido en un ser de amor, todos querrán estar a tu lado y sentir la radiación que emanas. Te admirarán por la sabiduría que tienes y te harás notar mucho.

Sé el conductor admirable

Si estás conectado a la Fuente, ser admirada o admirado es lo que menos te importa. Al sentirte en plenitud, ya no te interesan los halagos ajenos ni que te pongan atención. Sin embargo, es ahí cuando de verdad provocas admiración. Provocas sentimientos de amor, porque eso es en lo que te has convertido.

Cuando te sientes completo, la admiración empieza y termina por ti. Siempre estás en gozo y en paz, independientemente de las circunstancias. Eso se logra mediante la conexión con la Fuente. De entrada puedo decirte que todos los que estamos aquí reunidos somos amor en nuestros estados de más alta vibración.

Debes permitir que quien conduzca tu vehículo sea el ser que realmente eres, y no el que está aprisionado por los miedos. Por eso hay que trabajar a fin de neutralizarlos. Ahora puedes ver por qué insisto tanto en que la fórmula es el control de la mente, y en que ese control debe ser ejercido mediante la corrección de los miedos.

Cuando dices: «Nadie me ama, nadie me observa, nadie me admira», estás siendo presa de la vanidad. Cuando te sientes superior a los demás, estás siendo presa del orgullo. Observa cuántas personas compiten ferozmente con otras a fin de sentirse superiores, y cuánta energía malgastan en ello.

Limpia la energía que está dentro de las emociones negativas que has observado en el campo cuántico, ya que impide que te conviertas en amor.

La energía invertida en la vanidad y el orgullo se desperdicia

Si dedicaras a convertirte en amor toda la energía que pones en cuestiones externas, hace mucho que ya lo habrías logrado. Todos los días creas nuevas metas, y eso es bueno, pero cuida de no malgastar energía en tu apariencia física o en complacer tu vanidad, porque así impides que tus sueños lleguen a ti.

La energía que inviertes en exigir a los demás que te amen, valoren y admiren, o en demostrar cuánto dinero ganas y cuán grandioso eres, es energía desperdiciada. Estás malgastándola en apariencias que no te traen verdadero placer, beneficio o plenitud. Cuando te convieres en amor, ya no te importa que se fijen en ti.

Toda esa energía malgastada ha hecho que te alejes de tu verdadera esencia y tomes decisiones erradas en tu trabajo y tus relaciones. Tal vez has permanecido al lado de quien te ha hecho mucho daño, o abandonado a quien te hacía mucho bien. Gran parte de estas decisiones desfavorables han sido dictadas por la vanidad y el orgullo.

Deja de buscar el reconocimiento del otro, porque nunca te será suficiente. Deja de sentirte superior a otros, porque te generará un sinfín de bloqueos. Deja de buscar como meta el ser observado y admirado por los demás. Todo eso no tiene sentido alguno si no te conviertes en amor. 

Todo lo que necesitas saber para salir del orgullo

 

Buscar afanosamente la admiración y valoración del otro es como intentar apagar un incendio con un vaso de agua: Nunca será suficiente.

Muchas de tus metas son motivadas por los miedos

Muchas de tus metas en finanzas, relaciones y salud están siendo impulsadas por el miedo y no por el amor. Por ejemplo, si no tienes un físico que te haga ser admirada o admirado; si tu vehículo físico no es un Lamborghini, entonces lo rechazas y estropeas. Lo odias y provocas que se enferme.

La mayoría de las metas motivadas por el miedo se quedan sin alcanzar, lo que solo hace que aumenten tu frustración y rabia. Inviertes mucha energía en sentir rechazo y frustración cuando crees que no te hacen caso y no te admiran, o cuando te empeñas en ser superior a los otros. Ese afán nunca será satisfecho.

Considera cuántos seres hay en este plano físico que son muy famosos, amados y reconocidos, y sin embargo son profundamente infelices. Tienen millones de fans, pero vidas horribles. Al no convertirse en amor, esa colosal admiración nunca les es duficiente y terminan enganchados en las drogas, el alcohol y la violencia.

Esto no significa despreciar el que te amen y admiren, sino que debe dejar de ser tu meta. Cuando te has convertido en ese amor que eres, recibes muchísimo más. No olvides que el amor es el gran sanador de tus relaciones, finanzas y salud, y que la mayoría de tus problemas físicos está siendo producido por el rechazo a ti mismo.

Odias tu apariencia o te obsesionas con ella. Vives solo para tu cuerpo físico o lo descuidas hasta destruirlo con obesidad y adicciones.

Debes alcanzar un estado de humildad

Debes convertirte en un ser humilde. Obviamente, no hablo de carencia material, sino de conectarte al amor incondicional e integrarte a la gran Totalidad. Lo eres todo, y no necesitas que valoren, midan u observen tu grandiosidad. De hecho, debes ser tan humilde que ni siquiera te importe esa grandiosidad en la cual te has convertido.

Ya no haces las cosas desde el exterior, sino como parte de la gran Totalidad en la cual vives. Ya no necesitas admiración. Eso es humildad sincera, ya que parte desde el amor incondicional. No es una acción que te obligas a ejercer, sino algo que viene a ti. Es un hermoso estado del ser, en el que valoras todo y ves a todos como iguales.

Ya no existen jerarquías ni haces distinciones entre la tercera, cuarta, quinta o sexta dimensión. Estás integrado en todas las multidimensiones. Entonces puedes vivir y compartir tu vida con seres que están en tercera, cuarta o quinta dimensión, porque ya no catalogas, valoras o admiras.

Todos somos importantes

Si alcanzas una humildad total podrás percibir que los que están a tu lado son también parte de la gran Totalidad y que ésta es la sumatoria de todos nosotros. En ese momento dejas de categorizar a los demás como buenos o malos. En el gran juego de la polaridad entre luz y oscuridad todos somos importantes.

Imagina un enorme rompecabezas. Para poder terminarlo se necesitan todas las piezas. Si hay una faltante, aunque sea en una orilla, ya no está completo. Ninguna pieza tiene el dibujo principal contenido en sí misma. Todas son indispensables para formar el conjunto.

Todos y cada uno de los seres que habitan este y todos los planos físicos importan, porque somos parte de una gran unidad multidimensional. Así pues, tu aporte es necesario para integrar el gran rompecabezas del Universo. Sin ti no podemos terminarlo.

El amor y la humildad te convierten en el Dios vivo que eres

Todos somos un Dios vivo, aunque a muchos les cueste asumirlo. Todos somos un fragmento de la gran Fuente. Los sentimientos de humildad y amor incondicional hacen que puedas manifestar esa condición divina. Precisamente por esto debes reconocer la vanidad y el orgullo en ti y neutralizar los miedos que les dan pie.

Hemos trazado un mapa de lo que se agita en el interior de muchas personas. No te sientas mal si te ves reflejado en él. Todos hemos experimentado estos sentimientos. Lo importante es reconocerlos y salir de ellos para convertirte en amor incondicional. En ese momento empezarás a vivir una vida genuinamente admirable.


Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: La energía atascada en ti te impide tomar nuevos rumbos.

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