La burla, la risa y el desprecio dirigidos al otro te destruyen

Algunas personas adoptan como forma de vida el reírse de los demás y hacer muchas bromas a su costa. El problema de esto reside en que, aunque lo hagan de forma amistosa, con esta conducta enmascaran su verdadero ser. Se convierten en alguien que no son.

Ahora te compartiré todas las consecuencias que acarrea el burlarnos, reírnos, o despreciar a otra persona. Aunque no lo creas, tales acciones te destruyen. Muchas veces adoptamos actitudes muy nocivas escondidas bajo el manto de la risa, y esto ocurre en todos los ámbitos sociales.

Puede ser que incluso tu propia pareja, por miedo al rechazo, al abandono o al fracaso, sea el primero o la primera en burlarse y reírse de ti. Muchos han vivido o están viviendo tal situación, y lo ven como algo normal. Debes saber que quien te desprecia o desvaloriza se siente menos que tú o tiene miedo de que lo abandones.

Se burla de tu actividad, tu modo de vida, tu familia y tus amistades, pero sobre todo de ti y te usa como blanco de sus chistes. O tal vez estás en un grupo de amigos y todo el mundo se ríe de ti. O peor aún, tú eres quien se burla de todos. En este caso, podrías pensar que no les haces daño y eres muy graciosa o gracioso.

Pues bien, escucha con atención todo lo que enmascaran esos chistes, esas burlas y esas risas. No te conviene despreciar esta enseñanza, y mucho menos burlarte de ella, porque tales conductas destruyen a quien las practica. En el fondo, todas ellas son producto de una gran cantidad de miedos. Ahora analizaremos varios de ellos.

Miedo al presente

Existen seres que son muy graciosos y muy queridos por todos sus amigos. Son muy divertidos; todo el mundo se ríe con ellos, pero si te usan a ti o a otros para burlarse y reírse, tienen un enorme miedo al momento del ahora que están viviendo. Entonces enmascaran su ser para no mostrarse.

La máscara consiste en ser muy divertido y simpático, para que todo el mundo los quiera. Pero resulta que nadie ve que atrás de esa persona tan graciosa hay un ser lleno de miedos que utiliza a los demás para ocultarse bajo una cortina de chistes dirigidos hacia la forma de ser, el cuerpo físico o la actividad del otro.

Y ese ser lleno de miedos puedes ser tú. En muchas ocasiones este tipo de conducta recorre un camino de dos vías. Por un lado fuiste víctima de burlas y por el otro haces exactamente lo mismo que hicieron contigo. Con frecuencia los burlones y los que desprecian han sido objeto de burla y desprecio en su niñez.

Es muy común que en casa se usen la risa y la burla como forma de comunicación, y así, ese ser no se siente capaz de mostrarse a sí mismo. En este caso hay que trabajar de forma extraordinaria la autoestima tanto del burlón como del burlado. Obsérvate en un espejo y mira donde estás. Podrías encontrate en ambos lados.

Trabaja en ese presente tan temido y enfréntate a la vida tal cual eres, sin enmascararte detrás de personajes o de querer quedar bien ante tus amistades.

Miedo al abandono

Recuerda que la risa y el desprecio destruyen todo aquello que has logrado obtener con tus méritos y trabajo personal, y ni hablar si ya te has unido a tu Presencia Yo Soy y te has empoderado. El miedo al abandono hace que te apegues a los demás, y esa es una de las formas más eficaces de perder tu propio poder.

Si eres el blanco de esas burlas, no permitas que te utilicen para suscitar la risa, porque eso destruye tu autoestima y también te desempodera. Impide algo importante que debes conseguir, que es tomar el cetro de tu poder. Así pues, no dejes que se rían de tu peinado, tu cara, tu maquillaje, tu ropa o tu familia.

Y mucho menos de tu trabajo. No existen trabajos superiores o inferiores, porque en realidad no existen jerarquías. Todos somos igualmente importantes, y una de las oeores consecuencias de crrer en la artimaña de otorgarle un mayor o menor valor a una profesión es que no cumplas el deseo de tu alma.

El miedo al abandono casi siempre se encuentra encubierto detrás de la burla, la risa y el desprecio dirigidos hacia ti u otros, o que tú diriges hacia los demás. Así, antes de hacer un chiste que desempodere a otro para reírte con tus amigos, o de despreciar lo que hace, cierra la boca, porque las consecuencias pueden ser graves.

Miedo a perder seguridad

Fíjate como esa persona tan graciosa y simpática es en realidad un saco de miedos, detrás de los cuales enmascara su verdadero ser. No tiene la valentía de mostrarse tal cual es. En ocasiones, y sin motivo aparente, sentimos rechazo hacia alguien, porque intuitvamente percibimos ese ser tiene miedo a perder seguridad.

Y ese miedo provoca que utilice la burla y el desprecio para sentirse seguro detrás de esa máscara. Sin embargo, esa misma inseguridad te pone a la defensiva, porque para cubrir su carencia, ese ser intenta hacerte sentir inseguro mediante bromas y chistes. En realidad espera crear en ti lo mismo que está dentro de él.

En ocasiones son nuestros padres los que hacen eso, y en otras son los hijos quienes se lo hacen a sus padres. También se presenta está dinámica en muchas parejas. Por eso, cuando alguien se comporte de esta manera, no te rías. Tu silencio pone en evidencia a quien se burla de otro y evita que te unas al desprecio hacia ese ser.

También hay personas que todo el tiempo mandan mensajes ambiguos a quienes los rodean a fin de transmitirles la misma inseguridad que ellos experimentan. Dicen: «Haz esto», y cuando lo has hecho, te replican: «No, así no; hay que hacerlo de esta otra forma». Tal conducta denota ese gran miedo a perder seguridad.

Actualmente mucha gente sufre por este tipo de acciones, pero en la Era de Acuario podemos y debemos acabar con la burla hacia otros y la risa ante la desgracia ajena.

Miedo al rechazo

Vamos a seguir extrayendo miedos de ese saco de temores en el que de pronto se ha convertido esa persona aparentemente tan graciosa y divertida. Observa con atención la conducta de víctima y victimario. La primera está apagada, y el segundo utiliza la energía del burlado para crecer, aunque en realidad está atenazado por los miedos.

Hay muchos cómicos que utilizan como blanco de sus chistes a personas comunes, que no son actores profesionales, y hay millones de espectadores riéndose a sus expensas. Eso se tiene que acabar. Y aclaro que no estoy en contra de la risa ni la comedia. Podemos contar chistes e ir a un espectáculo cómico.

El problema reside en dirigir esos chistes hacia la apariencia, la manera de ser, la actividad, o cualquier otra característica de una persona real, así como a lo que esté viviendo. Eso es pura oscuridad. Tenemos que cambiar, porque todos nosotros alguna vez nos hemos reído de bromas dirigidas a seres hermosos.

Y así hemos lastimado a seres de luz que han sido utilizados para que te rías y pases un buen rato. Y ni hablar si encima alguien gana dinero con eso. Es de una mayor perversidsd aún. Podemos reír todos juntos, pero no del otro, sino con el otro. Podemos hacer mofa de la vida entera, pero nunca de la apariencia o desgracia ajena.

Toda víctima de burlas y desprecio pierde su energía y se desempodera, pero las consecuencias más graves de esta conducta las sufre quien la ejerce.

Miedo al castigo

Llega un día en el que, después de tantas burlas y bromas, la víctima ya no soporta al burlón. Lo rechaza y puede hasta considerar abandonarlo. Está harta de tanta risa y tanto desprecio. A partir de ese momento, dentro de ese abusivo saco de miedos surge uno más. Ahora teme que lo castiguen.

Sin embargo, no está dispuesto a cambiar. Piensa: «¡Pero si solo me la paso riendo y haciendo chistes todo el día! ¿Por qué me trata mal ahora?». ¿Y sabes qué le pasa a este simpático ser? Se empieza a volver violento. Para no perder a su víctima, utiliza otros mecanismos tales como la mentira, la manipulación y el control.

Suenan las alarmas dentro de él y se le detonan todos los otros miedos. Finalmente recurre a la queja. Se siente abandonado, rechazado y despreciado. Fíjate como regresa a él exactamente lo mismo que ha sembrado. Ahora experimenta lo mismo que ha hecho por años. Se percibe completamente desvalorizado y abandonado.

Incapaces de corregirse, quienes se enmaascaran detrás de la burla terminan por destruir a su víctima por miedo a que los abandone.

Miedo a ser herido

A estas alturas ya no hay sonrisas ni chistes. Tanto el burlón como su víctima viven envueltos en una vorágine de miedos. Uno intenta retener al otro mediante la manipulación, y puede ser tan hábil que ni siquiera quienes están a su alrededor se percatan de sus verdaderos motivos. Y todo «en nombre del amor».

Ahora te pido que examines a todos los seres que están a tu lado. Puede ser tu madre, tu padre, tu hijo, tu pareja, tu amante, tu jefe, tu vecino… o tú mismo. Nadie está exento y esto es muy cotidiano. Enciendes el televisor o entras a una red social y de inmediato aparecen las bromas a costa de otro.

Ves la televisión o te conectas a Internet y a los pocos minutos aparece un ser tóxico, ¡y encima le pagan por eso! Esto es más común de lo que piensas. Lo tenemos en nuestras casas y colegios. Observa el fenómeno del bullying, en el que tantos niños son víctimas de sus compañeros, y en ocasiones hasta de sus profesores.

Miedo a no estar a la altura de los demás

Muchos de los que no pueden dejar de burlarse de los demás tienen un gran miedo a no estar a la altura de los otros. Por eso intentan destruirlos. No te sientas poca cosa si eres blanco de sus ataques. Recuerda la famosa frase de Don Quijote cuando dice a su escudero: «Ladran los perros, Sancho; señal de que cabalgamos».

¿Sabes qué significa? Que estás llamando la atención, y por eso te dicen todo tipo de cosas. No eres insignificante, porque si no te pudieran ver no te irían a buscar para burlarse y tratar de hacerte menos. Tienen miedo de no estar a tu altura. Podrán reírse de tu cuerpo, cara, profesión, gustos o ropa, pero no te agobies.

La realidad es que estás siendo muy visible para ellos, y como temen no estar a tu altura, arremeten contra ti. Así que no te sientas disminuida o disminuido. Sé tú misma o tú mismo y no te enmascares detrás del maltrato a otra persona. Libérate de estos siete miedos, disfruta de la vida y conviértete en una fuente de luz para todos. 

Alíneate con la vida

 

Consecuencias de la burla y el desprecio

Quien se burla del otro se destruye a sí mismo. Acaba siendo rechazado, porque el miedo al rechazo provoca rechazo. Es abandonado, porque el miedo al abandono provoca abandono. Es despreciado, porque el miedo a perder seguridad produce aversión.

Y al sumar todo lo anterior se produce una falta absoluta de confianza hacia ese ser que se enmascara detrás de la risa. Como nunca se muestra como es en verdad, esa falta de confianza se traduce en un gran resentimiento. Ya no te importa esa persona a la que antes querías o admirabas.

Las consecuencias de adoptar este tipo de conductas son muy graves. El burlón, el despreciador, el que se ríe tanto y se hace el gracioso a costa de otros termina siendo rechazado, abandonado y repudiado. Genera desconfianza extrema, porque nunca quiso mostrarse tal cual es. Termina solo y herido. Se ha destruido a sí mismo.

Hoy es el momento del cambio

 

Si te burlas y desprecias, detente ahora mismo

Todo esto sucede en los colegios, los trabajos, los hogares y hasta en las redes sociales y la televisión. Podría decirse que es todo un fenómeno cultural. Hay hogares en todo el mundo donde la expresión usual de comunicación entre las familias es la burla y el desprecio. Es la única forma de acercamiento mutuo.

A causa de esta cultura de abuso, existen millones de personas que terminan siendo rechazadas y abandonadas. De tanto herir al otro, terminan completamente solos o solas. Esas son las consecuencias de utilizar el bullying, la broma y el desprecio para reírse de los demás y así desvalorizarlos.

Y ojo, porque tú puedes ser quien esté creando una situación similar en tu familia, en tu trabajo, o con tus amigos de toda la vida. Analízalo con honestidad y evita todo este daño. Es así de simple. Pregúntate si todavía hay amor en ese ser que está junto a ti y al que has despreciado tanto, o si está ahí porque no le queda otra.

Si se burlan de ti y te desprecian, no lo permitas

Considera la gravedad de las consecuencias de dirigir la burla, la risa y el desprecio hacia otro ser, y al mismo tiempo no dejes que alguien más se burle de ti. No permitas que te desprecie o te use para hacer reír a los demás. No eres el bufón de otro. Eres una grandiosa Presencia Yo Soy. Eres un ser a igualdad y semejanza de Dios

Recibe más del Universo dando a otros

 

No lo permitas. Te tienes que imponer y detener las bromas de golpe. Y si alguien se ríe a costillas de otro, no te unas a la risa general. Quienes tengan herramientas, hagan uso de ellas cuando se encuentren con un burlón que abuse de otra persona. Mediante las herramientas pueden neutralizar los miedos del agresor y detener su ataque.

Y si en tu casa tienes uno de esos burlones que te desprecia y desprecia a los demás, también usa las herramientas que te he compartido para ayudar a solucionar este problema, que es mundial y cultural, y que incluso es aplaudido y remunerado. En plena Era de Acuario, esto se debe terminar por siempre y para siempre.

 

 

Quedan menos de 3 días para comenzar el Workshop: El Código de la Abundancia.

Este lunes 8 de agosto comenzamos. Únete al Workshop aquí. 

Si te gustó este artículo y quieres profundizar más en este tema, te recomiendo que leas el artículo anterior: El «pecado» de una vida desperdiciada